La encrucijada de la minería

viernes, 15 de octubre de 2010


José De Echave
Se anuncia más de 40 mil millones de dólares de inversiones en nuevos proyectos mineros. Sin embargo, la danza de cifras que se anuncia no permite observar algunas tendencias que deben ser tomadas en cuenta.
Como se puede apreciar en el siguiente gráfico, desde hace un tiempo el ritmo de expansión del PBI de la minería metálica ha disminuido notablemente. Es más, el año pasado este indicador fue negativo por primera vez en 20 años (-1-4%), situación que se mantiene en lo que va del 2010 (-1.81).

Fuente: INEI - Elaboración: CooperAccion
Metales como el oro, plomo, hierro, estaño y molibdeno, registran caídas significativas en los últimos años. Por su importancia, lo más notable es la caída de la producción del oro: entre el 2005 y el 2009 la reducción es de más del 12%.
¿Qué está pasando? Hoy en día, un número importante de proyectos mineros enfrentan fuertes resistencias de las poblaciones. Ahora bien, los conflictos en torno a la minería pueden ser leídos como causa o como consecuencia. Para las empresas, los conflictos son vistos principalmente como la causa del estancamiento de los ritmos de crecimiento de la actividad minera. Sin embargo, no estaría demás que también puedan ser leídos como consecuencia de algo no viene funcionando adecuadamente, de los serios problemas en el marco de la regulación y en la institucionalidad que está vinculada a este sector.

¿Es posible pensar en una nueva etapa de expansión minera como la que se vivió en la década de 1990, sin cambios sustantivos en las reglas de juego? Creemos que no, salvo que se pretenda imponer los proyectos de manera vertical lo que generará mayores conflictos.
Más bien, en este contexto cabe hablar de prudencia y de la necesidad de retomar algunos puntos pendientes de la agenda minera, sobre todo los aspectos sociales y ambientales, que aparentemente no resistirán una nueva expansión minera sin mecanismos efectivos de regulación y control; sin instrumentos reales de participación ciudadana; sin que las empresas paguen todos los impuestos y prestaciones que deberían pagar; sin un Estado que esté presente y sin una agenda que la vincule de manera clara y efectiva al desarrollo en las zonas donde se implanta. Estos son algunos de los temas pendientes que aparecen en la agenda minera en nuestro país y que deben ser abordados con urgencia.



Investigador de CooperAccion.

Actualidad Económica del Perú

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