Mas Allá de la Coyuntura

miércoles, 14 de abril de 2010



Kurt Burneo

La discusión económica interna actual del país, está marcada por temas como cuál será el crecimiento de la economía este  año, o si  habrá tempranas presiones inflacionarias  como resultado por ejemplo de la subida del  precio del azúcar o quizás si el tipo de cambio nominal seguiría mostrando una tendencia a la baja entre otros temas.  No digo que no sean relevantes pero a veces  tan o más importante es  reflexionar sobre  el  tan a veces dejado de lado largo plazo. Algunos apuntes sobre dos aspectos de este, serán planteados en esta nota.

Descentralización o Desconcentración? 


Teniendo como base legal la ley de bases de descentralización y la ley de descentralización fiscal, desde hace algunos años nuestro país emprendió el camino  de la descentralización –en teoría-   como un proceso a través del cual el Estado podría cumplir con más eficiencia sus funciones, que en términos básicos como sabemos son el dar seguridad interna y externa, administrar justicia, regular aquellos mercados donde existan fallas (poder de mercado, externalidades y asimetría de información),proveer infraestructura y ser una suerte de proveedor en última instancia de servicios básicos como educación y salud. Digo en teoría porque en la práctica ,más que un proceso de descentralización lo que simplemente ha ocurrido es uno de desconcentración, basado en la transferencia de recursos y competencias, pero no capacidades de gestión; el resultado es el que observamos hoy: No pocos gobiernos regionales y municipales (gobiernos subnacionales) tienen importantes recursos depositados en el Banco de la Nación y en el resto del sistema financiero como resultado fundamentalmente de transferencias recibidas por el gobierno central –principalmente por concepto de Canon y Foncomun- lo que indicaría  que la capacidad de administración financiera es bastante limitada. ¿Qué se viene haciendo para revertir esto?, o quizás ¿Existe algún interés por parte del gobierno central para comenzar a resolver esta carencia, contando con objetivos medibles en la mejora de la capacidad de gestión a nivel de los gobiernos subnacionales?  Si similar carencia también viene ocurriendo a nivel del gobierno central, pareciera que el tema no estaría siendo adecuadamente priorizado.   Debo advertir que frente a esta  problemática, debe tomarse con pinzas el previsible incremento que veremos en la ejecución del gasto público en los próximos meses, básicamente como resultado de la aplicación del plan de estímulo fiscal iniciado el año pasado(que estando actualmente la actividad económica en recuperación definiría la ocurrencia de una equivocada política fiscal procíclica), pues estos números de gasto creciente no  se sustraen a  la marcada ineficiencia en el manejo administrativo financiero antes mencionado; incluso dado que en la práctica el Sistema Nacional de Inversión Pública en la práctica ya desapareció, el  descubrimiento que se tendría luego, estará asociado a la ejecución de varios proyectos con valores actuales netos  y/o tasas internas de retorno negativos. Financieramente tarea cumplida pero económicamente tarea mal hecha.


¿Recaudación tributaria  suficiente?

El ratio ingresos corrientes del gobierno central respecto al PBI el año pasado fue de  15.9% y según el Reporte de Inflación de marzo de este año del BCR, dicho ratio llegaría a 16.4%. ¿Esto es suficiente para financiar las funciones que en cantidad y calidad son demandadas por los ciudadanos al Estado? Algo que no debe pasar desapercibido es que el ratio actual en gran parte responde a medidas tributarias de corte administrativo (detracciones etc.) tomadas hace  6 o 7 años, luego de lo cual la recaudación en lo fundamental  ha detentado básicamente un carácter inercial asociado al devenir de la actividad económica, sencillamente porque la base tributaria aún está pendiente de ampliarse sustantivamente. Y por supuesto que resulta cándido suponer que esta crecerá  a partir de la existencia de una real conciencia tributaria entre las personas naturales y jurídicas, cuando hay severos cuestionamientos  respecto a la calidad y cantidad de los servicios que en contraprestación ofrece el Estado.  Nunca será inútil ni tarde el  repensar estos temas y en propuestas para  sus soluciones.

Actualidad Económica del Perú

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