Reformando el TLC hacia adentro: ¿qué hacer ahora?

domingo, 9 de diciembre de 2007

Santiago Roca
Profesor principal, Universidad Esan.

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Como es de conocimiento de todos, el Senado norteamericano aprobó el Acuerdo de Promoción Comercial entre el Perú y los Estados Unidos, APC (llamado también Tratado de Libre Comercio). Contrario a los acuerdos de comercio e integración que se llevan a cabo en Europa en donde los países negocian considerando las asimetrías y diferencias entre ellos para compensar a los menos desarrollados de la unión, en el caso de nuestro país se han desbalanceado las reglas de juego, aun más en beneficio de Goliat, haciendo el trabajo para David más difícil y de mayor envergadura. Aquí no existe el objetivo de nivelar o disminuir las diferencias, sino el de salir a la dispareja cancha a competir.

LO POSITIVO

Existen aspectos positivos en el APC que el Perú puede aprovechar: a) el influjo de nuevas ideas y formas de organización; b) un entorno de negocios de mayor esfuerzo y rivalidad, para que nuestras empresas respondan; c) mayor posibilidad de acceso a tecnologías, maquinarias y equipo; d) nuevos vientos de confianza y optimismo en determinados círculos de inversionistas; e) mayor protección y respeto a los derechos laborales fundamentales de los trabajadores; f) un horizonte de mercado y mundialización mayor; g) atención a los problemas del medio ambiente; y, h) aprender que los países desarrollados tienen políticas y estrategias en defensa de sus intereses que están por encima de las ideologías y del libre mercado.

HAY DESBALANCE

El desbalance de las reglas en la cancha se nota cuando a una parte: a) se le permite jugar con productos subsidiados; b) fuerza la extensión de las ganancias de una creciente cantidad de productos que tienen protección por propiedad intelectual y contra los cuales no se puede por ley competir; c) mantiene una inmensa cantidad de obstáculos técnicos y barreras sanitarias y fitosanitarias a nivel federal, estatal y local; d) ha tejido una frondosa red de normas técnicas voluntarias con estándares que favorecen a sus empresas y ciudadanos; e) tiene una ley de competencia (ley Webb-Pomerene) que permite la cartelización y las prácticas anticompetitivas de sus empresas, siempre y cuando se realicen fuera de su país; f) se aprovecha de recursos genéticos y conocimientos tradicionales sin la debida compensación y retribución económica; g) recibe privilegios tributarios y reglas de solución de controversias favorables a sus inversionistas; h) mantiene múltiples de sistemas de acreditación, certificación y metrología que imponen las reglas de juego en la producción y el comercio; etc., etc.

REINVENTAR EL TLC

Lo mal negociado del APC no debe sin embargo amilanar a David. El Acuerdo es solo una herramienta desigual inicial, la cual hay que reinventar en su implementación para que funcione con mayores beneficios o menores perjuicios para los nacionales. Todavía se puede en la etapa de implementación y adecuación, aprobar reglamentaciones que sin violar lo acordado, utilicen a plenitud las opciones a favor de los nacionales. Este es por ejemplo el caso del capítulo de propiedad intelectual. Los congresistas demócratas de los Estados Unidos (coincidiendo en esa parte con el Indecopi del 2004-2006) introdujeron una serie de cambios en este capítulo que dejan la posibilidad al Perú, si lo desea, de no conceder extensiones de plazos a las patentes, de no otorgar protección de datos de prueba sino a solo unos cuantos medicamentos, de evitar el retraso de la entrada de genéricos y de utilizar las flexibilidades de Doha para beneficio de la salud pública. He subrayado 'si lo desea' porque esa decisión es opcional y ha quedado a discreción de las reglamentaciones del Acuerdo.





Además de instrumentar las reglamentaciones para el beneficio o menor perjuicio de los de adentro, el APC es un instrumento que podría ser balanceado por otros que compensen o promuevan los intereses de los nacionales. Un primer aspecto es el lograr que la apertura genere mayor valor agregado. Crecer de A a B es totalmente diferente que crecer de A a C (ver infografía). En B o en C la economía se ha abierto pero en C se tiene un mejor nivel de vida y una estructura productiva con mayor valor. Crecer de A a D manteniendo la economía cerrada ha probado no ser viable en el caso del Perú.

Para lograr sin embargo moverse a lo largo de A a C se hace necesario tejer una serie de políticas que promuevan ese tipo de crecimiento. Se puede por ejemplo, construir un conjunto de vinculaciones que conecten las inversiones a las economías locales, se pueden implementar programas que transfieran las ganancias de productividad del sector exportador a la economía no exportadora, se pueden impulsar las inversiones que transfieran tecnología, capaciten a los trabajadores y suministren información y contactos a los pequeños y medianos productores. Nada es sin embargo automático.

Para contrarrestar las ventajas que el APC otorga a las multinacionales farmacéuticas y agroquímicas en desmedro del acceso a la salud, los medicamentos, los fertilizantes y los pesticidas químicos, se deben promulgar leyes que promuevan el acceso a los genéricos (ver por ejemplo la Ley Hatch-Waxman en los Estados Unidos).

MÁS HERRAMIENTAS

Existe otra multiciplicidad de herramientas y medidas de política que habría que echar a andar para proteger a las empresas y ciudadanos nacionales. Frente a la ley Webb-Pomerene y las prácticas anticompetitivas de las empresas foráneas, se hacen necesarias modificaciones a la ley de libre competencia y a la ley de competencia desleal. Se tiene que transformar el sistema de evaluación de la conformidad y metrología para beneficio de las pequeñas y medianas empresas y de los consumidores nacionales. Hay que introducir normas y reglamentos (como los que tiene USA) que impidan la entrada de productos tóxicos, bienes basura, etc. y obliguen al cumplimiento de estándares que protejan al consumidor y que garanticen la seguridad y la vida de las personas.

Urge nombrar responsables (estado-universidades-empresarios) y asignar recursos para incentivar el desarrollo de la tecnología y de la propiedad intelectual (patentes, marcas, denominaciones de origen, industrias culturales). Hay que crear sistemas institucionales que protejan a los agricultores de los subsidios, las prácticas anticompetitivas y las relaciones abusivas que imponen sus compradores. En realidad, se necesita una serie de reformas para transformar los efectos el TLC en algo más beneficioso para el crecimiento inclusivo del país.

Este artículo lo puede leer también en: http://aeperu.blogspot.com

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