Los Vericuetos del TLC

viernes, 11 de mayo de 2007



Escribe Pedro Francke
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Se acaba de anunciar un acuerdo entre demócratas y republicanos en Estados Unidos que muy probablemente permita la aprobación del TLC con el Perú (igual que el de Panamá mas no el de Colombia, con problemas por las relaciones del gobierno con los paramilitares). Aunque la mayor parte del camino parece recorrido a este respecto, todavía queda algo de pan por rebanar en esta historia.

¿Qué ha cambiado? En varios aspectos, las modificaciones que se harían a insistencia de los demócratas son claramente favorables al Perú. Es el caso de los capítulo de propiedad intelectual, en el cual se modificaría el TLC para que: (i) el Perú pueda usar salvaguardas levantando patentes en casos de necesidad pública (dándonos la razón a quienes planteábamos que eso no estaba suficientemente resguardado en el TLC firmado), (ii) se elimine la prolongación de patentes por "demoras injustificadas" , (iii) se elimine el linkage que hubiera obligado a la DIGEMID a no permitir la circulación de un medicamento sin asegurarse que no violara una patente, (iv) la protección de datos de prueba, que sirve para prolongar el monopolio de las trasnacionales sobre nuevos medicamentos, sea más limitada (aunque lamentablemente no se elimina totalmente como hubiéramos querido). Con estos cambios, es probable que los efectos sobre el precio de las medicinas sean bastante menores, aunque un estudio independiente debiera analizar este tema. Las trasnacionales farmacéuticas han salido claramente perdiendo con el cambio, y el Perú podría tener en este aspecto un TLC mejor que el de Chile o Centroamérica (por suerte, no por firmeza o pericia negociadora).

Es también el caso de los derechos laborales y el medio ambiente, en los cuales se establecerán condiciones más firmes para la defensa de los mismos. En el caso de los derechos laborales, los cambios plantearían el necesario respeto a los estándares básicos de la OIT: no trabajo infantil, no discriminación, no trabajo forzoso, derecho a la sindicalización y derecho a la negociación colectiva. El Perú podría ser enjuiciado por el gobierno de los EEUU ante un tribunal de arbitraje si no cumple efectivamente esas normas. En el caso del medio ambiente no deja de llamar la atención, desde luego, la hipocresía de unos Estados Unidos que no firman el Protocolo de Kyoto y se comportan irresponsablemente con el calentamiento global, pero que al mismo tiempo presionan en defensa del medio ambiente en otros aspectos. Pero con estos cambios, el TLC demandará una acción mucho más firme en relación a la tala ilegal de madera en nuestra amazonía, frente al cual los distintos gobiernos han permitido una depredación incontrolada.

En el tema de inversiones, la propuesta demócrata plantea que, en los Estados Unidos, los inversionistas extranjeros no podrán tener más derechos que los nacionales. Evidentemente, este mismo trato debería dispensarse a los inversiones norteamericanas en el Perú: no deberían poder tener más derechos que los inversionistas nacionales. Este es uno de los temas que hemos criticado desde la oposición al TLC de Toledo, que otorgaba más derechos a inversionistas extranjeros que a nacionales, permitiéndoles recurrir a tribunales internacionales de arbitraje e impidiendo que se les establezcan condiciones para que contraten más peruanos, compren más productos nacionales o transfieran tecnología. Naturalmente, los demócratas norteamericanos no se preocupan porque el estado peruano no trate a los peruanos peor que a los norteamericanos; eso tiene que preocuparnos a nosotros. Lo menos que puede pedirse en este aspecto es que por lo menos haya el mismo trato para las inversiones norteamericanas en el Perú que el que los Estados Unidos dispensarán a las inversiones peruanas allá.

Pero quedan varios aspectos críticos. El más importante es que el TLC mantendría los enormes subsidios que los EEUU dan a sus agricultores e impediría que nosotros tengamos tarifas compensatorias a esa competencia desleal. Esta situación empobrecerá más a los ya muy pobres campesinos peruanos. Ras el nuevo acuerdo en EEUU nada se estaría cambiando al respecto, porque los políticos norteamericanos defienden a sus agricultores. Ojalá el gobierno peruano defendiera de igual manera a nuestros campesinos. Otros temas críticos incluyen la permisividad frente a la biopiratería de nuestros recursos genéticos y conocimientos tradicionales, que tampoco se estaría modificando, y asegurar que haya reciprocidad en lo referente a las inversiones.

Las modificaciones al TLC que han acordado demócratas y republicanos en Estados Unidos, deben ser motivo de análisis y discusión. El Perú debe tener una contrapropuesta negociadora: nosotros también debemos presionar por los aspectos que nos interesan, y no solo ser pasivos aceptando todo lo que ellos quieren. La muy probable ampliación del ATPDEA nos da tiempo para negociar con calma. Pero hace falta que Alan García recuerde sus promesas de campaña y trate el tema como el líder de un país soberano y no se limite simplemente a aceptar todo lo que le viene del gobierno de Bush.

Finalmente, hay que recordar que las modificaciones al TLC deben ser discutidas y aprobadas por el Congreso de la República, sin que deba dejarse de lado la idea de un referéndum sobre este tema, como se está organizando en Costa Rica.

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